El fútbol, como la vida misma, cuenta con historias de superación tan duras como admirables. Una de ellas, es la de Josip Ilicic, el héroe esloveno y durante muchos años, el emblema y uno de los baluartes de aquella gran Atalanta que maravilló Europa con su fútbol descarado y atrevido que bajo los mandos de Gian Piero Gasperini, le llevó hasta los cuartos de final de la Champions en 2020.
Un año que lejos de ser un sueño para Ilicic, terminó siendo todo lo contrario. El jugador esloveno entró en pánico cuando en la pandemia por el Covid-19 golpeó al mundo. Su linfadenitis sufrida en el pasado y el constante recuerdo de la trágica muerte de Davide Astori fueron un cóctel demasiado pesado para su cabeza cuando los síntomas del Covid le acecharon. “No estaba bien y no soportaba estar lejos de su familia” explicó en su momento un Gasperini, que aseguraba que, “Josip estaba entre los mejores jugadores de Europa. Podría haber ganado el Balón de Oro”.
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Bérgamo, y aquel famoso duelo ante el Valencia en la ida de los octavos de final, se convirtieron en el primer epicentro de la pandemia y para Ilicic, todo aquello fue demasiado. Desde entonces, no fue capaz de levantar cabeza y sus compañeros y amigos de equipo, relatan la dureza de lo vivido para el jugador esloveno.
“Había perdido más de diez kilos, lo cogí como a un muñeco y le dije: ‘Josip, ven con nosotros. Entrar en las cabezas humanas es como entrar en una jungla. Ni siquiera los médicos tienen una explicación” relataba Gasperini justo antes del duelo de cuartos de final ante el PSG, que se diputó en aquello fase final en Lisboa.
Un premio de pasado y de presente
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Pese a la dureza de lo vivido, Ilicic consiguió volver a los terrenos de juegos, aunque nunca llegó a ser el mismo. En 2022 dejó el Atalanta y firmó por el Maribor, con el afán de volver a su país para estar más cerca de su familia. “Necesitaba volver a casa. Estaba harto de estar en el extranjero y en Eslovenia solo había un club en el que podía jugar. Esto aún no ha terminado: es solo la segunda parte de mi carrera” afirmaba entonces.
Ahora, tiempo después y tras dejar atrás el capítulo más negro de su vida, Josip Ilicic está de vuelta. A sus 36 años, el esloveno tendrá el premio a toda una carrera, aunque el seleccionador avisa que no es para nada un homenaje. “No hagamos un circo ahora, no está aquí por méritos pasados. Lleva 14 días entrenando a un nivel muy alto. Le veo feliz, divirtiéndose”, apunta Matjaz Kek.
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933 días después, Ilicic volvió a vestirse con los colores de su país. Fue en el amistoso ante Armenia, para preparar el desembarco al primer gran torneo internacional. “”Todo jugador quiere participar en una Eurocopa, pero, en primer lugar, están los chicos que lograron la clasificación. Agradezco al entrenador que me diera la oportunidad de cumplir mi sueño” resaltaba orgulloso un Ilicic que arrancará ante Dinamarca el sueño que siempre mereció tener.
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